¿Qué leña debemos utilizar?
¿Qué leña debemos utilizar?
Elección de leña
Elija preferiblemente leña de maderas duras que ofrezcan buena brasa y un mayor tiempo de fuego: carpe, haya, fresno, roble o encina. Desde luego, se puede utilizar otro tipo de leñas, como el abedul para empezar un fuego o relanzarlo desde las brasas.
Por contra, se aconseja evitar la leña blanda como el sauce, el tilo, o el álamo, así como todas las maderas resinosas como el pino, abeto o alerce. Estos últimos tienen buen poder calorífico, pero también generan muchos residuos de alquitrán por condensación.
Secado de la leña
Una leña demasiado húmeda quema mal y tapona el conducto de humos. Le recomendamos quemar leña con un porcentaje de humedad entre 15 – 18 %. Para conseguir esto, lo mejor es almacenar la propia leña cortada y partida en gajos de la longitud adecuada, a cubierto y ventilada durante al menos 24 meses. Un local cerrado, o un sótano no son el lugar adecuado para almacenar leña por su falta de ventilación. Cruce los leños sin contacto con el suelo. De esta forma mejorará la circulación del aire.
La tecnología de combustión limpia permite reducir considerablemente las emisiones de humo y de partículas, y protege su conducto de humos contra la condensación de alquitranes.
Por otra parte, la leña es una fuente de energía renovable presente en abundancia en España, por lo que su utilización permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por eso, puede usted encender su estufa tanto como quiera, con un impacto mínimo sobre el medio ambiente.
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